Ser intolerante a la lactosa es tener una baja o nula producción de lactasa intestinal que es la enzima que digiere la lactosa (azúcar natural de la leche). La intolerancia a la lactosa puede producir inflamación, flatulencias, diarrea y malestar intestinal general, estos sÃntomas aparecen poco tiempo después de consumir lácteos.
Hay exámenes médicos de laboratorio que permiten confirmar la intolerancia a la lactosa y la forma de tratarla es consumir alimentos deslactosados. Excluir los lácteos de la dieta por una intolerancia a la lactosa, puede poner en riesgo la salud ósea y siempre se recomienda contar con un acompañamiento por profesionales de la salud en nutrición y dietética, endocrinologÃa, entre otros.
No olvidar que la leche el principal alimento fuente de calcio de alto valor nutricional y este mineral es fundamental para la formación y mantenimiento de los huesos y dientes.