Alrededor de la leche existen muchos mitos y creencias. En décadas anteriores se habló de que la grasa saturada favorece la formación de placa aterosclerótica que es la causante de obstrucción del flujo sanguíneo e infartos.
La leche al ser un alimento de origen animal, se ha investigado para establecer una relación con enfermedades cardiovasculares. Es de señalar que el aporte de grasas saturadas de la leche es bajo por porción y que se puede disminuir su contenido en los productos semidescremados y descremados sin necesidad de eliminarlos de la dieta.
Expertos de Harvard señalan que la evidencia científica muestra que la grasa en lácteos elaborados con leche entera no genera daños cardiovasculares ni tampoco beneficios. La ateroesclerosis se desarrolla en hábitos insaludables de vida como llevar una dieta alta en carbohidratos y azúcares, fumar y realizar poca actividad física, entre otros.